sábado, 11 de mayo de 2019

LUCIÉRNAGAS




De niña me adornaba el cabello con el vientre luminoso de luciérnagas vivas.
Entonces regresaba a un mundo de azogue repetido, donde tú no existías.
Dormía buscando el origen de mis sueños de niña, pero entonces era apenas semilla.
Allí donde soñaba un rostro me iniciaba en un juego milenario, la vida y la esperanza.
¡Un amor que rondaba mi pecho y mi memoria, la palma de mi mano... el revés de tu lengua
Y entonces emergía la dulce melodía de un mar de olas espumosas de mis senos rosados
Mi vientre prometía la luz y la agonía, un placer de palomas  una voz de luciérnagas azules y un caminote flores.
Entonces regresando al mundo de relojes, de almanaques sombríos sin retoque de cielo.
¡Hoy he visto una de ellas transformada en estrella con remiendos, en harapos de luciérnaga viva! No encontré la ternura, sino el discordante sonido de la pena.
¡Es cierto! ya la niña dejó el puerto alegre con barco de papel. Vive con las redes atrapando gaviotas, acarreando milagros, buscando pareceres de sueños y luces.
De niña me adornaba el cabello con flores, corría por la hierba, jugaba como el viento juega con las colinas. Ahora ya despierta, poseo la intangible sonrisa de los dioses...
                                                           Te poseo.





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