domingo, 7 de abril de 2024

FERNANDO EN SU VIAJE DE VACACIONES


 

            Mi padrastro me contó que nunca ha podido viajar en vacaciones. Conoció a un compañero en la quema, y él, que es “su amigo”, en un descampado descubrió un auto viejo. Está destartalado, pero todavía sirve. Puede usarse a pesar de lo roto que está. El “Mono Coria”, su compadre, es mecánico. Un desocupado más de la Fiat, dijo que lo ayudará y lo arreglarán. Los repuestos los van encontrando en la quema.

 ¡Hay cada cosa en la cava!  Yo encontré juguetes casi nuevos y mi abuela, una máquina de coser, a la que le faltaba sólo una parte. Después localizaron en la calle Azcuénaga el pedazo que faltaba y se la arreglaron. Mi abuela cose y gana plata para poder comer algo de carne. ¡Bueno sigo con la historia del coche! Así es que su compañero, lo invitó a conocer el Tigre y allá fuimos en la chata de Coria. “¡Debe ser igualito a vivir un viaje de vacaciones!”, dijo mi padrastro.

                        El auto estaba lleno. Llevábamos en una canasta: milanesas, huevos duros y bananas. Don Pancho trajo Coca Cola y una damajuana de vino de San Juan, que le regaló un vecino. ¡Una fiesta! La abuela me había arreglado un pantalón y una malla. Mi mamá se hizo un vestido con una cortina que hallé en plaza Francia.

El viaje fue muy divertido. ¡Tanto que no me voy a olvidar jamás lo que vi! El río estaba algo revuelto, según dijo don Pancho, el amigo del Turco, mi padrastro, porque hay inundaciones en el Paraná alto. Por eso hay que tener mucho cuidado. Está prohibido nadar a orillas del Río de la Plata. Está contaminado, parece.

           Me imagino lo lejos que queda el lugar. Nos cruzamos con toda clase de pájaros. En la quema he visto muchos pajarracos, pero estos eran muy bonitos. No había perros, y los que divisamos por el camino, eran de esos caros que llevan las señoras por La Recoleta. ¡Allí me regalan cosas buenas!

         ¡Me encantó ir en auto! El aire te golpea despacito la cara y el cuerpo. Los árboles pasan corriendo a tu lado y no alcanzamos a agarrarlos.

         Creo que debe ser relindo ir de vacaciones más lejos. Me encantaría conocer Mar del Plata. Dicen que el mar es más grande que el río y que no termina y que las olas te llevan y traen arrastrándote, revolcándote, por la arena.  Lo vi en la tele, en la Mirta y en Susana, la tele de don Pancho. Nosotros teníamos una y se la robaron una noche que fuimos a ver fútbol. Boca y Vélez. Ganó Vélez. ¡Qué cagada!    

         Dios quiera que don Pancho nos lleve algún día a mi abuela y a mí al mar. Por ahora vamos de vacaciones al Tigre y nos bañaremos en el río. ¡Me encanta tanto como jugar al fútbol!  

 

Inspirado en el cuadro “Juanito laguna de vacaciones” del pintor argentino Antonio Berni.


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