Mis manos acariciaron tu piel como pájaros dormidos.
En tus noches de insomnio, en tu alma, en un lugar oculto
escucharás el bolero que susurraba en tu oído
con mi voz enamorada y triste repitiendo el sonido ígneo
de palabras de amor joven lleno de esperanzas tontas,
Entonces…
la ceniza del recuerdo arderá en
tu vientre con brasas de sangre.
Sentirás con ira el murmullo suave del perfume ardiente
de besos y suspiros. No encontrarás calma,
al recuerdo del día que me dejaste sola y te fuiste
caminando sin volverte a mi mirar mi llanto
Hoy ¿no te preguntas cuál ha sido mi suerte y la tuya?
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