miércoles, 17 de marzo de 2021

HA AMANECIDO DE NUEVO SOBRE LA CIUDAD DORMIDA

                         Un verdadero caos había desencadenado la llegada de Tomás, el joven escultor. Casi todo el pueblo  estaba ansioso. La llegada del joven fue en principio un rumor de incredulidad y visible temor a los cambios. Desde 1958, todos los que partieron a estudiar a la capital nunca habían regresado y sólo llegaban cuando moría un familiar directo o para refugiarse ante un problema grave, ya fuera económico ya político. La verdad que una vez resuelto, regresaban a su amada y trajinada capital. Tomás había vuelto  y aseguró que trabajaría allí para siempre.

                        Apenas llegó un grupo de damas del club lo invitó a mostrar sus trabajos. Él aseguró que en pocas semanas  les haría una exposición. Trabajó con ahínco y en una total y misteriosa soledad. Algunas madres convencieron a sus hijas que él era un  excelente candidato para casarse y que debían aprender de arte. De repente todas las muchachas del pueblo partieron a la biblioteca del colegio a estudiar sobre arte y escultura. Así todas supieron el nombre de Rodín, de Lola Mora y de los italianos del cuatrocientos.

                        El día tan esperado, llegó y todo el pueblo se vistió de gala y se acercó al club, donde cubiertas con sábanas blancas se adormecían varias esculturas. El cura párroco dijo algunas palabras sobre la importancia de la cultura y del arte que siempre había protegido la "Santa Iglesia", así entre una copa de sidra y un jugo de fruta, llegó el esperado momento... Cada una de las socias se abalanzó sobre las cintas y comenzó a tirar para destapar. ¡Un grito surgió de las pudorosas gargantas y una estertórea carcajada de los labios de los jóvenes...! Tomás había tallado enormes cuerpos desnudos en mil planos y extraños movimientos. Horrorizadas las madres se retiraron del local  arrastrando a hijas y viejos maridos indignados, el sacerdote rugió esgrimiendo una Biblia y sacudiendo con agua bendita a todos los presentes. Tomás miraba incrédulo tanta fobia y hostilidad. Una lágrima corrió por sus pálidas mejillas y descubrió, por qué los otros jóvenes no regresaban al pueblo. Él con esas obras de arte había ganado varios primeros premios en la capital y en el exterior. Cerró los ojos y se alejó lentamente y solo. Caminó toda la noche sabiendo que eso era su despedida y cuando llegó a su casa había amanecido sobre la ciudad dormida.

                        "SIEMPRE LA INTELIGENCIA FUE CAPAZ DE DERROTAR A LA FUERZA"

            Sí, a la fuerza había llegado Romina a terminar el secundario. Sus padres ya cansados de profesores desde enero a marzo, pagados con esfuerzo y promesas de la jovencita de ser una excelente alumna en el próximo ciclo lectivo. Pero nada. Ella firme con su degradante falta de responsabilidad llegaba a fin de año con muchísimas materias en falta.

            Una mañana llegó al colegio el nuevo profesor de historia y apenas traspuso la secretaría del establecimiento comenzó la charla aguda y sepultante de los otros docentes sobre los malos alumnos de la escuela. Escuchó con atención y trató de memorizar los nombres... y por supuesto uno de los primeros fue el de Romina. Cuando entró en el aula de 5º un suspiro emocionado partió de los labios de las jovencitas y un "sonamos " de los muchachos. Laureano Hurtado era muy buen mozo. Parecía un galán de la tele. y las chiquilinas se prendaron inmediatamente de él. Al pasar lista fue revisando en su memoria los nombres de aquellos tan mal juzgados. Los ojos de Romina se quedaron colgados de las suaves pestañas del historiador. Ella también tenía una belleza esplendorosa, y además los dieciocho años más llenos de vida que pudiera pensarse. Allí comenzó la mutua seducción. Con inteligencia y tratando de hacer que amaran la historia contando con conocimientos y claridad, logró que los chicos no estudiaran a la fuerza, como otras materias. Llegó fin de año y Laureano Hurtado entregó el diploma de bachiller a su novia y futura esposa: Romina. Toda la fuerza de los padres para que estudiara se había transformado en querer saber del "Amor".

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