Se enteró que la lluvia era superior
a cualquier lluvia. Tenía que avisarle a los Unicornios. Galopó por los bosques
buscando y rebuscando. Cuando los encontró, ya el agua le llegaba a los
hijares. El “Centauro” trató de ayudarlos a llegar al Arca, pero desde ese
lugar vieron como se alejaba, empujada por la gran masa de agua. Cuando Noé,
salió de la nave y comenzó a revisar a las parejas de animales que bajaban,
descubrió que faltaban dos: Los Centauros y los Unicornios. Por eso son leyenda.
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