miércoles, 5 de enero de 2022

NUESTRO PARAÍSO


A la saga de un centauro correremos...

me dijiste, empinando mi cuello sobre el muro

de espejos de la alcoba

el mundo pareció descalabrarse en estallidos,

caían rastros de tormentas en el lino blanco de la cama

fuego, mucho fuego de antorchas

destruyendo la calma de nuestro paraíso.

 

Y el paraíso se transformó en un mar embravecido.

Cada ola era una ráfaga de pétalos de suave terciopelo,

donde una mano atrapaba los suspiros.

Hoy somos un puñado de loicas que cantan lejos

y los nidos están desparramados como fuentes sin agua.

 

Me dijiste haz silencio mientras besamos la piel

mientras   vemos el sol apagarse tras los muros.

Las montañas se abren en bramidos rotundos y voraces.

La nieve cae entre las sábanas que lloran el néctar

de tus besos   y mis besos que perdimos en la noche.

 

¡Mira el centauro que nos quiere tentar con sus rugidos!

 

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