Esta mañana escabrosa y altiva
Me va desvirgando la garganta dormida en el
silencio.
Ya no soy yo, soy una extraña que se anima a ser
simiente
De oprobiosas mezquindades de mi estigma.
Mujer del siglo que murió con el muro de Berlín y
de Jhon Lennon
Despilfarrando ideas y poemas.
Caminante del sí, de los deseos ancestrales de los
mitos,
Del dolor al parir y de la eterna materia en la
cocina.
La esclava enamorada del bolero mentiroso de amor
inexistente.
Esta mañana, desperté con el sonido pertinaz de un
pájaro en mi ventana.
Descolgué el retrato de mi suerte.
Apagué el candil de mi locura que flotaba en la
nube azul y
Comencé a cabalgar por la pradera del ensueño.
Encontré una alforja con calendarios de otro
siglo.
También encontré una guía de huellas en las runas.
Mándalas, epígrafes y estelas de mayas y aztecas.
La muerte me miró.
Yo estaba sola y descalza y dolorida.
Esta mañana me desperté desnuda de palabras,
Mis manos heladas y sin huellas.
Me miré en un espejo y me vi, sombría.
Con un pie ensangrentado y una estrella que huía.
¿Dónde quedará mi sotavento?
Mi barco partió y odio el agua de oscura
predicción.
Odio navegar en el agua sin oriente.
Mejor, despiértame mañana.
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