miércoles, 20 de mayo de 2020

ZAFIRO AZUL, DIANA DE GALES . PARA ALFRED ASÍS . ISLA NEGRA.CHILE




Nació como una niña especial,
simple y dulce, pura y bella .
Sus virtudes señoriales
la hicieron ser señalada por la mano de una reina.

Un zafiro azul le incrustó el doloroso destino,
ser princesa,  en un mundo de promesas.
Y fue en blanca carroza entre tules y perlas.
Blanca flor que desde lejos parecía una azucena.

Una tiara de diamantes coronaba su cabeza
Una a una como espinas se incrustaron esas gemas
Un Jesús entreverado entre Judas que miraban
el desmayo de sus penas. Diana hermosa.

Los hipócritas galantes la miraron con deseo
Su preciosa compostura dejó sus joyas en los niños
en los pobres enfermos de extrañas enfermedades
de remotos lugares, donde flameaba su enseña.

Y un día…

Como pálida garza de alabastro, echó vuelo
hacia un soterrado puente oscuro donde la luz
la desmembró. Fue silencio entre metales de fuego.
Lloran lágrimas los niños, los enfermos…
Lágrimas como pétalos que van dejando una huella. 
En la reja de aquel palacio pletórico de tristeza
Sus hijos lloraron su ternura y bonomía
en los brazos de un hombre que nunca pudo quererla
tal como lo mereciera. Diana sombría ya duerme.

Atroz historia de un ángel que donó tanta ternura
entre los más desprotegidos, los olvidados,
los pobres de países lejanos que adoraron con locura  
a esa bella princesa que perdió su historia en sueños.

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