martes, 16 de agosto de 2016

POEMA 104

                POEMA 104
 

 

Llegué con el sonido azul de los canales

enormes tormentas graniceras que atrapaban los sueños con

fantásticas esferas de alabastro.

Usé la piel desnuda   descamada    sin flores

el cristal de miradas que rodearon mis láminas marchitas.

Fui desplegando mi voz hacia la cumbre

insólito sostén de la ternura.

Caminé despacio en el húmedo sendero de las aves

susurrantes          las aves que decían

el nombre de los viejos fantasmas de mi suerte.

 

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