Se puede ser tan cauto como un ave
nocturna y perder de vista una presa. ¿Es fácil extraviarse en un tanque de
agua en el techo de una vivienda? Ese ha querido bañarse o suicidarse. Si quiso
bañarse, estaba ebrio. Si quiso suicidarse, tenía una depresión infernal. En
todo una verdadera locura. Pasó diez días y nadie supo que el tipo estaba
flotando allí.
Encontrarlo fue una verdadera
odisea. Parece una historia de una película de terror. Nadie indagó en los
alrededores sobre un “ser” desaparecido de su ambiente.
¿Acaso no tiene familia, amigos o
enemigos? Es un ser sin nombre y sin destino. Estamos tan enfermos como
sociedad que no advertimos que algo raro está pasando en una casa. ¿El agua de
la vivienda no tenía sabor raro u olor a muerte?
Ahora llegan los micrófonos de
radios y medios para hacer el gran servicio a la población. Parecen aves de
rapiña. ¡Es un escándalo!
Con catorce años, Lautaro, comenzó a
cambiar, discutía por todo con sus padres y ni hablar con sus hermanas. Según ahora
descubren había ingresado en una pandilla de chicos nuevos de la escuela, y
digo nuevos, porque los habían echado de varios colegios. Lautaro no tenía
muchos amigos. Se encerraba a tocar guitarra en su habitación; que había
transformado en una verdadera cueva. Una de las chicas,
El tema es que Lautaro, cuando pudo
se escapó de la casa. Dejó la escuela y siguió con la pandilla. Pero parece,
dijo un policía, que hubo una trifulca con otra camarilla de “pendejos” y así
Lautaro desapareció.
Ahora los padres lloran, pero…¡Qué escándalo! Lautaro estuvo días y días allí, flotando en el tanque de agua y nadie se había dado cuenta.
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