lunes, 9 de marzo de 2020

DE UN LIBRO INÉDITO


 Caí, a los pies  
 lentamente
sin palabras que encierren una queja de niño derrotado
la espera
la soledad
que nos carcome, pequeño niño de manos abiertas a la nada
manos ardientes
lágrimas
desasosiego.
Caí, a los pies del duende de tu infancia;
sin alas.
Boca cerrada. Muda.
Hay una sombra hostil que corrompe, 
corrompiendo tu nombre,
tus palabras de amor
tu mirada asustada,
tus manos torpes de caricias.
Pobre con toda pobreza por pertrecho.
Casi,  niños adultos muertos, antes,
ahora
todo es posible,
entonces
un pedazo de ala rota caerá
a los pies de mi árbol de la vida
sin zapatos...ni tiempo.
Mañana, tal vez mañana vendrán
los ángeles  a jugar con nosotros
nuevamente volverán los sueños de la infancia
con los cuentos populares
dejaremos de ser niños derrotados.


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