Hay
mucho amor clandestino en Buenos Aires
luces
que desperdician besos sin sonido
amargos
besos sin compromiso ni perfume
mojados
de tristeza bajo la intensa lluvia y
huyen
los amantes – amantes reciclados-
huyen
los pájaros
hacia
la noche sedienta de azucenas y
hay
un abrazo perdido
en
esas calles desiertas
de
adoquines ruidosos abofeteando ilusiones
rojas
lunas celosas
estrellas
fugaces sin brillo que se caen
sin
ruido desde las altas notas de un tango triste
del
arrabal lejano.
Hay
mucho amor clandestino y
en
un rincón oscuro
un
vestido de seda cae al piso de mármol
despeñando
en su ruta aguijones de miedo
desesperanza
clamoreando
silenciosos gritos y
vertiginosa una mano se mueve
sobre
la carne joven de senos tibios y
en
Uno, vuelan mariposas hacia la
luz de neón y
en
Otro, caen rosas marchitas
caen, caen, caen
arrugadas, muertas, ciegas
aun
la luz intensa precipita la huída de los amores
inexistentes
imaginarios
desesperados
Hay mucho amor clandestino en
Buenos Aires
en
esos edificios enormes que
imitan edenes, paraísos
y
olvido impregnado de lágrimas
y soledad que abruma y se agiganta
cuando
el sol ilumina en la mañana
sólo
la nada... nada...
nada.....
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