CON UN
PUÑADO DE CLAVELES Y ESPINAS
ARRANCARÉ LA SONRISA DE MI PUERTA
SI
REGRESAS. SI REGRESAS. TE CLAVARÉ UNA FLOR
EN LA
ÓRBITA AZUL DE TU SILENCIO.
RODEARÉ LA CINTURA DE LOS MUROS
RASPARÉ LA
PARED CON MIS UÑAS Y MI LENGUA.
ASÍ, SABRÁS
QUE NO ESTOY DISPUESTA A TU REGRESO.
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