Acababa de dejar el pequeño
rectángulo de cielo que se proyectaba en la infame habitación. Cerró los ojos
doloridos y enrojecidos de mirar hacia el infinito. La soledad le había clavado una cruz de agujas imantadas en
las pupilas. Ya no esperaba ver nada nuevo allí y desde allí. Mordió un minuto
los pequeños tubos de plástico transparente que proveían de aire y alimentos. Cerró
la mente
aislándose de esa realidad...y comenzó a soñar.
Una mañana tan fresca y soleada. El
caminando por la orilla del gran lago. El sol marcando sombras tardías entre
los árboles y el aire envolviendo su cuerpo con olores fuertes...menta,
toronjil, romero... pasto recién segado
y una necesidad urgente de tirarse en ese prado. Las nubes tratando de
desterrar el brillo, y la belleza, las nubes en guerra permanente con el
espíritu fugitivo de las sombras y las luz. recostado axial, ver aparecer a Nazarena
con su cabello al viento transitando descalza sobre el fértil espacio acuático
y vegetal de un piélago verdoso, y helechos y frondas de tornasolados
iridiscentes.... amarillos, ocres, verdes y azules increíbles de esa orilla
escurridiza. Cerró la boca. ¡No quiero respirar, no tendré en mi interior
herido por la pasión, el perfil de tus muslos y tu rostro o tus manos como alas
de abubillas revoloteando o sosteniéndose suspendidas entre las largas ramas de
los sauces! No, no quiero respirar porque penetra en mi conciencia el perfume
salvaje azaharino y jacinudos de tu piel morena de muchacha cerril y montaraz. Hembra
de tiempos inhóspitos de mi país de ensueño.
El silencio me devuelve el
golpeteo de mi corazón herido.¿Estoy dormido y sueño? Acaso el tiempo me prende
a la voraz lentitud de los relojes. ¿Has regresado para incorporarme a las
letanías de tu legión de fantasmas y espíritus ligeros? Ya no veo. Estoy ciego
y deslumbrado. El mirar eternamente en el rectángulo de mi habitación me ha
dejado alucinado. Perdí tu Venus y tu plasticidad en una algarabía de
estampidos y ruidos. Allá en la carretera hacia la ciudad de mi destierro. Queda
y ha quedado. sin nada ni nadie que venga a abrazar mi cuerpo muerto, mi
conciencia viva que vibra y desespera por tus besos y caricias calientes y
tiernas. hace un tiempo infinito que mi mente te llama y no puedes escucharme,
por que estoy aquí en esta aciaga celda del averno. ¿Acaso puede escuchar el
silencio? ¿Y tú recordarás a quien rodeó tu cuerpo en un instante de pasión amorosa para crearte
ese mundo mágico de un hijo. Duermo y sueño contigo . Me despierto espiando tu
sombra y no llegas a buscarme. Estoy volviendo a abrir los ojos de febril e
impúdica exaltación, algo acuoso se mueve en mi interior como una gelatina
flamígera, me quema aun más que la visión desde el ángulo del espectáculo donde
mi vista se pierde.¡Amor regreso... amor vuelvo a ti... espérame en tu regazo mítico
y festivo...amor...amor mío!
-Doctor
Villafañe, el paciente de terapia está fibrilando. Casi sin voz la enfermera trata de regresar al hombre -¡Por
Dios ...hagan entrar a la muchacha.... aunque esté en ese estado... tal vez
ella logre que sobreviva.
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