lunes, 27 de abril de 2020

ABANDONADO


Yo te lo digo sin dudarlo, ese es el final que se espera de un pendejo como el Pedro. La madre… loca. ¿No sé porqué las psiquiatras tienen hijos así? ¿Son todos chiflados o se hacen? Míralo. Allí, junto al ventanal que da al patio. Y es lindo el guacho. Tal vez por ser blanco, rubio y con ojos claros, todavía no lo encierran en el COSE. Pobre. Es una víctima como tantos otros que viven desperdiciando inteligencia. Rodando de sala de psicólogo a salita de psiquiatra. Es violento. ¿y la boca? Ni en la cárcel escuché semejante lenguaje. ¡Pobre Pedro! Lo traje medio engañado y se acostó en el frío de baldosas rojas. Parece un ángel dormido. Pero ojo, enseguida se la agarra con cualquiera que pase, es osado. Sabe karate. ¡Para colmos sabe karate! Le tengo algo de miedo. Fíjate como tiemblan sus parpados  inquietos
Ayer vino la madre. Hable mucho con ella. Llora y se disculpa. “la culpa la tiene el padre” dice y yo creo que es de ambos. ¡Por eso los ataques de furia!
La ultima que hizo recién… se cortó un pedacito del dedo meñique y se lo metió en la boca al Agustín Pereda. Digo…, los gritos todavía retumban en los pasillos. Yo ¿Qué querés que te diga? ¿Será esquizofrénico? La Susana, le hizo todos los test que se le pudieron hacer… tiene un C.I de 185… es un genio. Lo miro y se me desdobla el alma. Tiene 9 años. Habla cinco idiomas. ¡Ah! ¡Se come los excrementos para enojar a la  madre! ¡Estoy desorientado! ¿Vos que haces con un pendejo así? Yo me pregunto ¿Qué hago? Ayúdame, Carlos, decime que hago ¡Mirá! Se mueve. Parece una mariposa saliendo de la crisálida. ¿Me podrías decir que hago? ¡Pobre Pedro! Me siento un imbécil. Inútil. Nada. ¡Eh, Pedro! Vení… ¡sentémonos y hablemos! ¿Querés comer un sándwich? Dale, vení, no me mires así, ¿Te duele el dedo? Vení. Te quiero.




1 comentario:

  1. Hola Graciela, muy buen relato, me encantó. Por momentos muy fuerte, desconcertante y muy atrapante.
    Un placer leerte... Beso, Pat.

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