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No te podía responder
Un canto amainaba el fuego
En la casa encendida.
Una antorcha escarchaba mi garganta
Que adormecía la noche disparando letras
Inconexas o sólidas.
Cuando aparté la lengua de tu nostalgia
Se apacentó el látigo de un sueño
Queriendo disfrazarse en la huida al
desierto azul.
Así quedé. Así quedamos petrificando
Ausencias y restañando heridas.
Galopé los médanos con brillo de luna.
Castigué mis ojos con un otoño de pesares.
Alucinamos miedos.
Atrás quedó la pequeña ventana encendida.
La casa, tu pecho. Mis párpados de plata
Contagiando la espera.
¿a dónde estaremos cuando el sol regrese?
No quiero acompañar a la niña del estanque.
Se perdió en la caja sin llaves
Ella que ya está dormida.
Yo estoy palpitando aun, llena de vida.
Y luego un grito entre los dientes. Un
grito azul.
Un vientre deformado por el tiempo.
Las palabras vuelan con el viento en los
médanos
Volveré a la casa. La lumbre espera.
Enciende la esperanza en el regazo.
- 2
El patio anida los sueños de la niña.
Pálida está de amores y en las manos guarda
Un rosario de besos.
Esconde entre los pliegues de la tarde
algunas golondrinas
Que regresaron ayer de su nostalgia.
Se oye el murmullo líquido de un beso.
En sus ojos de mieles bailotean los bucles
de su nombre.
La espada de luna se entromete en su ruedo
Cuando un suspiro escapa de su boca tibia.
Una mirada inquieta se desliza en su frente
Que vuela tras la calle sedienta.
Espera mi niña enamorada.
La alondra traerá en su pico una rosa
Y sabrás que el vuelve.
Un aliento sinsabores
Prendidos a su corpiño
Los ojos como palomas
Asombrados por el grito
Una caricia de plomo
Las manos en sangre tintas
y el orificio en la frente
Como beso del destino
Se hizo un silencio en la tarde
Una bandera caída
Y entre las manos del hombre
El retrato de una niña
Llora la calle de plomo
Con árboles que arden de frío
Un fuego quema la nieve.
Que corre en la alcantarilla
Muy lejos suena una copla
Entre labios de cerezas tibias
En el rosal se adormece
Su ala rota una loica
En las rejas de la niña
Se enredan los espinos
Y gota a gota su pena
Se prende al encaje de su vestido.
Desatarás tu rencor de espera silenciosa
Allí, donde la sombra tendrá remordimientos
Se derrumbará con un castigo tu lengua
En blasfemias que sostengan el castigo
Serás sombra. Un remolino de agua turbia
Arrastrará tu conciencia
Tu destino desatará una chispa
El revés de un reloj que detenido
Vomitará la piel de la garganta.
Ostentosa la suerte envolverá la frente
A una propuesta de candelas
Con aliento de cereza
Te mirará un ojo del último unicornio
Tendrás temor al sueño
Sudarás helado o espirales de espinas
Estarás agonizando. Muerta.
La piel de la garganta
Con espirales dorados
Desatará el rencor de una espera silenciosa
Un ojo sostendrá el castigo
La suerte está en derrumbe
Pienso aquel desorden de palmeras
Y un alzado mar sobre tu cuerpo
Anclando arcos de fuego en regocijo
Sobre las fieras caderas de la playa
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Pienso un desorden de palmeras
Sobre tu cuerpo alzado el mar
Arcos de fuego
Regocijo
Caderas erizadas
En la playa un ancla, si.
Sobre tu cuerpo
Se nos fue en las alas desplegadas
Un retazo de sonrisa
Se ha ido el sol, la lira, el viento
Y nos ha quedado el sonido sospechoso
De un tiempo fugaz
La chispa arrinconada de la risa
Su cuerpo con milagros escondidos
Unos brazos enormes de glorieta
El torso borroneado de ternura
Tal que si viene mañana
Será el verano con toda su locura
Será la música sincopada de la vida
Que trasmite su voz
Se ha ido como el pez buscando lo inasible
El mar infinito. Caracolas doradas
Mucha espuma.
No llores. Volverá, ya volverá mañana.-
POEMA PARA UN NIÑO
Manolo el sapo es famoso
Y con su hermosa canción
Logra que toda la gente
Comparta su gran ilusión
De ser el cantor más grande
¡Qué lindo cantar, él tiene!
Lo llaman y se entretienen,
Con toda la voz en flor,
A las amigas les canta:
Unas les regalan plantas
Otras le dan su amor!
¡Ay, que sapo tan coqueto
Es Manolo el sapo overo!,
Y sin embargo: “te quiero”
Le dicen todas las “sapas”.
-5
No has dejado más que el cristal tornasol
de mi lenguaje
Veleta transparente que en el viento
plomizo relata historias
Corolario senil de mi esperanza,
trasnochado simulacro de la suerte.
No has dejado más que un sortilegio
entramado en las columnas
De templos alejados de los dioses que
espían las palabras
Que me hicieron poeta
En un mundo de reptiles profanados y solos
Devolviéndome el rostro en el moblaje
cetrino de la piel arrugada
Sostén de superficie inquieta con los ojos
desprovistos de luciérnagas
No has dejado más que una mano yerta
colgando sobre la frente
De mi soledad que esgrime una cabellera
destemplada
de aristas grises ahondando en las mejillas surcos impenetrables de
sonrisas.
Recuerdo las calles de oro
Por las cuales solíamos pasear
Recuerdo esos poemas hermosos
Que me solías dedicar
De tu amor angelical fui presa
Semilla de amor sin dueño
Aferrada a tus manos fui creciendo
Pero todo fue un simple sueño
De la aurora de mi vida y de mi edad.
Cómo puedo olvidar
Este amor
Poco a poco
Se fue perdiendo
Olvidar
El deseo los anhelos
Hermosos momentos
Divertidos contentos
El beso algún abrazo
Que nacieron con el tiempo
Elegantes momentos
Únicos alucinantes y
La frase te quiero
Olvidar
Nuestras emociones
Palabras, palabras
Que lentamente
Se quedó en el tiempo.
Tus ojos, tu rostro
Flecharon mi corazón
Lanza de fuego fueron
Amor pasión
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Dije entonces
Tus ojos dos luceros
Iluminando mis sueños
En una noche
Mi corazón
Imagina si puedo
¡Cuánto haría por estar a tu lado!...
Al menos un día.
Paso el tiempo aferrada
A tu mirada
A mis sueños
No imaginaba amar tanto
Sólo por tu mirada.-
No me prives amor
Del calor de tus manos
Del placer y del dolor
De la luz de tus ojos
Y lo sensual de tu voz
No me prives corazón
De la risa y la pasión
De lo suave de tu piel.
De quitarte el camisón
De volver a serte fiel
Ya no me prives, por favor
De alegrías y emoción
De tus noches de fervor
No me prives de mirarte a los ojos
Y notar que somos dos.
-7
La rosa temblorosa
Se desprendió del tallo
Y la arrastró la brisa
Sobre las aguas turbias del pantano
Una onda fugitiva
Le abrió su seno amargo
Y estrechando a la rosa temblorosa
La deslizo en sus brazos
Flotaron sobre el agua
Las hojas como miembros mutilados
Y confundidas con el lodo negro
Negras, aun más que el lodo, se tornaron
Pero en las noches puras y serenas
Se sentía vagar en el espacio
Un leve olor a rosa
Sobre las aguas turbias del pantano
La vida la muerte el infinito
Tú Nefertitis reina
Muerta hace cien siglos
Viva como la tiara de tu frente viva
Un ibis y un áspid te acompañan
Desde la profundidad cercana de tu muerte
Símbolo del poder
Gloriosa reina
El oro te acompañó en tu breve estar
Sobre la tierra
Tembló el corazón de hombres y mujeres
Cuando tu ojo se posó sobre su sino
Augusta reina esposa de Ra
Hoy tu cartucho sagrado se venera
Entre los gloriosos astros del planeta
Fue tu corona más fuerte que la muerte
Aun eres reina y diosa del Nilo y
Te ven con admiración actuales reinas
¿Cuánto esperarás para cruzar nuevamente
Con tu carro dorado a la vida?
Acaso has muerto, pero vives
Y a tus gloriosos pies se postran los
hombres
Que en este siglo te contemplan
Duerme sobre escarcha
Mi dedo señala tu cuerpo desnudo
Inhóspitos gritos se escuchan en la noche
Todo este destierro al amor te impongo
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Duerme sobre hielo
Azules tus labios nombrarán mi nombre
Y abrirán temblando tus párpados fríos
Mirando indiferencia en mi rostro todo
Duerme sobre sangre
Procaz invisible inmutable tierna
La que me dejaron tus uñas calientes
En tardes de otoño
Cuando aún era joven
Ahora hablo con los pájaros que arrecian el
aire
Gobierno mis viejas letanías locas
Para que te lleguen mis palabras tristes
Para que detengas tu cuerpo ya inerte
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Ellos llevarán mis besos con sabor a carne
A miel a guijarros a piedad
Y entonces
Hablaré un idioma diferente
Bueno cascabeles recios sonarán amores
Quisiera esta tarde olvidar tu nombre
Que hiere mi triste memoria
Olvidar tus manos olvidar tu boca
Entrar duramente en la piel que sangra
Enhebrando un cáliz con hiel y vinagre
Lagrimas que rueden
Dar vuelta la espalda dejándote solo.
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Con el paso lento voy marcando el mármol
Que hiere con fuego mi triste memoria
Abrasar mis ojos que miran por dentro
La hipócrita risa perdida en tus labios
Alcanzar entonces con mi pie desnudo
La vida que alcanzo a soñar
-11
Con los ojos fríos suelto diez mil pájaros
Mis manos heridas acogen tu cuerpo
Sangra tu cabeza que se va cayendo
Y cae y rebota en el piso helado
Has muerto en mi muerte
Decreto en mi noche… no importa
Si aun lloran tus ojos inertes.
Adentro hay una boca recibiendo la lluvia…
Afuera esta mi infancia con su mañana
blanca…
Adentro está tu frente, pero nunca los
lunes…
Afuera esta lo bueno, lo malo, lo que queda…
Adentro están doliendo tu setiembre y mi
paso…
Afuera una almohada tibia donde apoyo tu
nombre…
Adentro estoy yo mismo golpeando para
afuera…
Ahora, adentro mío se oxida una ternura.
Se necesita un hombre
Con textura de bronce
Con blandura de almohada
Con brazos enormes que aniden mi cuerpo
SE NECESITA...
Se necesita un hombre que se ría de la
lluvia
Que reme contra el viento en cualquier
madrugada
Que comprenda la luna aún en retirada
Se necesita un hombre
Conocedor del fuego
Conocedor del vuelo de las alas de un ave
Conocedor del miedo de perder la sonrisa
Se necesita un hombre
Gigante, pequeñito, áspero y noctámbulo
Como gato en los tejados.
Como violín sonando entre mi cuerpo
Inquieto, como taza de café que espera la
manzana.
Se necesita un hombre.
Un llanto negro sujetó el espacio en giros
vacíos
Nada de tutearse con la locura
La mano ese milagro violeta un arco
El camino de cerezos tú los besos
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Lejano el camino es un jirón de piel
violeta
Su canto de viento sujeta en el espacio
La palabra de la tierra
Hecha barro negro y cerezas
Las uvas se tutean con la sombra
Son un grito de pasión en la vendimia
Las viñas sujetan las manos posibles
En arcos de milagros
En giros de piel morena
Cosecheras de adormecidas pasiones
Canto violeta al barro a la tierra
Madre común el vino nuevo
No es posible el camino/viento de tu llanto
Lejana la locura/basta tu piel de espacio
Apenas crece un grito/apenas
Hay un camino violeta revoloteando
Un muro de barro crece/un cordón de cerezo
Estás acaso tú/juguete del vacío?
Tuteándote con sueños inasibles.