martes, 11 de agosto de 2020

AGONÍA



¡ Oh vieja compañera de noche infinitas!
Detén este instante de dolor sin límite.
Amarga eres, amiga de los tiempos...
en que en rosada ronda en mis brazos de ensueños
acunaba esperanzas amorosas y buenas.
Hoy me estrellas en lúgubres sonrisas desdentadas
una noche muy negra de sutiles desgarros.
¡Oh amiga del tiempo...tantas veces dormida,
ven muy pronto a buscarme...
me he quedado vacía!
¿Recuerdas cuando el suave murmullo de los besos
acentuaban la gracia de creer que un mañana
venturoso y repleto de pétalos de flores,
caería en mi pobre regazo de madre solitaria...?
¡Oh, mi vientre, hoy muerto, te dio hasta la última
sonrisa del costado!
Tengo yermos los senos  y en el alma incrustada una espina.
No quiero respirar, se han secado mis lágrimas, mis ojos.
La dulce y generosa señora de la noche
ya tiene a quién buscar. Estoy lista y lo sabe.
Una muerte pequeña, silenciosa y nocturna...
Una muerte que sirva para poder dejar mi tristeza dormida.
En cada amanecer, que aparezcan mis flores
y en la noche los pétalos, ya marchitos que caigan
en mi tumba... para recordar el cielo
que tuve algunas veces en mis brazos acunado.
 La pena me lastima.
¡Un sol se va escondiendo, allá en la lejanía,
dejaré que palomas me traigan el rocío...
que calmará mi sed de tener un instante
de nuevo ese capullo de amor que fue alguna vez...
mi niño.
Ese pequeño amor...tuve, tú lo sabes.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario