lunes, 31 de agosto de 2020

MI PRIMER VIAJE A ESTADOS UNIDOS DE NORTE AMÉRICA




¡Cuántas expectativas! Llegar al lugar donde se creó la famosa frase “Tierra de Libertad y Justicia”, claro que todavía hay segregación a los afro-americanos y a los latinos.
New York es muy grande y tiene…Todo.
Había que conocer ese mundo tan mostrado en cine y Televisión. El hotel estaba en una calle número 6ª y era muy bueno, a una cuadra de la calle 5ª y 7ª, poblado de enormes edificios de vidrio que brillaban con el sol y las luces en la noche. Las cuadras son el doble de las nuestras. En mi país son de cien metros allá de doscientos. Me maravilló ver arbolitos en sus canteros cada diez metros más o menos y pájaros picoteando en la vereda, como en mi ciudad. Yo la imaginaba una ciudad fría, silenciosa y triste. ¡Nada que ver! Es bulliciosa, la gente camina rápido pero en grupos parlanchines cuando salen a comer en unos carros callejeros. Cosa que yo detesto, comer parada en un lugar que desconozco la higiene y la calidad. ¡Pero parece que la equivocada soy yo, todos se apretujaban a comer así!
En una encrucijada, mi corazón se detuvo, por 45ª cruzaba un famoso actor de un programa que veo siempre: “La Ley y el Orden” y allí a mi lado caminaba el actor que es de origen oriental y su rol es de sicólogo. ¡Pero soy tan respetuosa o miedosa de molestar, que lo miré con intensidad y sólo sonrió; siguió y me quedé muda!
Paseamos en el autobús turístico. Poco pude ver ya que es tan grande que me faltaron ojos para abarcar los cientos de casa, edificios, monumentos y lugares que atravesamos. Me quedé con deseo de más, de mejor y de volver.
Como me habían encargado una Tableta electrónica, pregunté al conserje y me envió a un negocio enorme. ¡Me sorprendió al ingresar, encontrar que todos eran Judíos Ortodoxos! Yo no hablo inglés y menos Yiddish o hebreo. Al ver que no me podía conectar, un genio que se dio cuenta me mandó a un chico que hablaba español; era de Honduras. Yo le conté de dónde venía y me dijo que sus patrones eran muy buenos y siempre lo mandaban cuando había alguien que no hablara el idioma. Hice una compra excelente y hasta mucho tiempo después recibí noticias del negocio por Internet.
Una noche fuimos al teatro en Broadway, vimos una obra en inglés que yo había visto en Buenos Aires y pude comprender todo. Antes cenamos en un pequeño restaurante italiano; como hablo italiano muy pronto el dueño se sentó en la mesa y comenzamos a platicar, fue lindísimo.
Me quedé muy impresionada con el homenaje que le hizo Yoko Ono a su amado John Lennon en el parque central, frente a los balcones del departamento donde vivían y lo asesinaron. Es redondo, en el medio tiene el nombre y siempre, llueva, truene, nieve o caiga el sol con cuarenta grados de temperatura, hay flores que deja la gente. Obvio que dejé una rosa. ¡Impactante! 
Tuve la enorme alegría de reencontrarme con mis amigas de la infancia que viven en el estado de Michigan, pero eso fue otro viaje diferente. Comimos en lugares pequeños pero íntimos y tomamos copas de vino en recuerdo de nuestra larga amistad.
Conocimos lugares emblemáticos: Tyfany, Edificio Tramp, Apple y caminamos por las calles de Manhattan como todos los turistas que creemos que eso es New York.
De tanto verla en películas no hice el peregrinaje a la Estatua de la Libertad, hay unas colas enormes y yo me canso de esperar esos tiempos.


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